martes, 25 de noviembre de 2008

Métodos definitivos

Vasectomía.
Sencilla cirugía realizada por el urólogo —médico especializado en los genitales masculinos— que requiere aproximadamente 20 minutos y la aplicación de anestesia local. El objetivo es impedir el paso de los espermatozoides, a partir de pequeña incisión en el escroto (piel que recubre a los testículos) de entre 1 y 2 centímetros, en la zona donde se localizan los conductos deferentes (tubos que transportan semen) que son cortados, para posteriormente ligar las puntas y coser nuevamente el escroto. Una vez concluida la operación, el paciente puede salir caminando y continuar con sus actividades normales, ya que el procedimiento y el periodo de recuperación no causan molestias.
Es falso considerar que durante la vasectomía se cortarán tejidos importantes en el funcionamiento del órgano viril, como algunos creen, y que ese es el primer paso para desarrollar disfunción eréctil (incapacidad de mantener erección que permita una penetración satisfactoria para el coito), eyaculación precoz o algún tipo de cáncer, como el de próstata (glándula que segrega sustancias que dan las condiciones de estabilidad a los espermatozoides) o testículos. Igualmente importante es destacar que la producción de espermatozoides no se suspende con la vasectomía, de forma que después de la intervención quirúrgica queda almacenada gran cantidad de esperma en las vesículas seminales, por lo que es necesario que la pareja se proteja con algún método anticonceptivo durante los siguientes 15 o 20 encuentros sexuales en los que el varón eyacule; después de éstos el riesgo se acaba.
Salpingoclasia.
Médicamente reconocida como oforectomía, se trata de intervención quirúrgica que consiste en cortar y “amarrar” las trompas de Falopio para evitar que el óvulo sea transportado al útero, con lo que se evita un embarazo. Este método puede practicarse a las mujeres que acaban de dar a luz inmediatamente después del parto o al día siguiente.
Es importante saber que la esterilización femenina también puede realizarse mediante laparoscopia, que consiste en introducir finos tubos provistos con instrumental quirúrgico y diminuta cámara a través de pequeña incisión en el abdomen.
Cabe destacar que apenas un pequeño número de mujeres consiguen el regreso de la fertilidad tras someterse a la cirugía, es decir, la reversión de la salpingoclasia, y quienes logran embarazarse confrontan alto riesgo de que el producto se instale en las trompas de Falopio, situación que puede ocasionar la muerte de la madre.
La mayoría de los métodos antes descritos requieren de la prescripción de un especialista, aunque hay algunos disponibles sin receta médica. Es muy importante que cada persona elija el método de su conveniencia con la asesoría de un ginecólogo, quien sin duda orientará sobre el uso adecuado, riesgos y beneficios de cada uno.

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